¿Es realmente afrodisiaca la trufa negra?

Trufa negra afrodisiaca

La llaman «diamante negro», «manjar sublime», «manzana mágica», o «emperatriz subterránea», pero su nombre real es Tuber Melanosporum.

Si te dicen que es un hongo subterráneo quizás no te resulte tentadora, pero en cuanto pruebes su sabor portentoso y huelas su aroma, -¡¡immmm!!- tan difícil de describir como embriagador, estarás perdido.

Un aroma que te hace transitar por el laberinto de las emociones y te atrapa. Los científicos han encontrado hasta 80 componentes aromáticos en ella (a humus y madera húmeda, a hongo desecado, a naturaleza), pero el secreto que explica esta atracción fatal es la androsterona, un esteroide que ha dado fama de afrodisíaco a este producto de la tierra.

Trufa negra afrodisiaca

En la comarca de Gúdar-Javalambre, entre el 15 de noviembre y el 15 de marzo, el aroma a trufa flota en el aire.  Tenemos la suerte de encontrarnos en el corazón de la mayor zona trufera de España, muy visitada  por los franceses, que se llevan buena parte de la producción para venderla como originaria del Perigod.

Durante la temporada trufera, muchos restaurantes y hoteles en nuestra comarca incluyen menús y tapas con este hongo que no te puedes perder.  Si eres cocinitas, existen multitud de recetas con trufa fresca de Sarrión. A nosotros nos encanta sola, pero hay dos productos que maridan con ella a la perfección: el huevo y la patata.

Aunque el placer no sólo consiste en comérsela, sino también en ir a por ella, en alguna de las excursiones que se organizan para ir a recuperar el preciado hongo (siempre con mucho cuidado: la recolección es uno de los secretos mejor guardados de los truferos).

¿Es realmente afrodisiaca la trufa negra?

Nuestro plato favorito: los huevos trufados

El aroma de la trufa es potente, volátil y se fija en las grasas, así que una gran opción consiste en meter algunos huevos -si son frescos de la contornada, mejor que mejor- y una trufa en un bol cerrado o fiambrera durante dos días. Tras este periodo, los huevos se habrán impregnado de su aroma. Fríelos y ralla un poco de la trufa encima (mejor con un rallador específico o una microplane). El resultado no te decepcionará.

Otra opción es tomarla como aperitivo, encima de una tostada de buen pan con aceite y sal.

¡Y es que, a veces, lo simple es el mayor lujo!

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